DIRECCIÓN

Iremos al mar. Eco. Ya imaginaba el faro, profundas aguas, como sus ojos. Sin mapa. Una canción de Dulce Pontes. Furia contra rocas, giros sobre arena. Adiós a pescadores. Melancolía. Deseaba parar, aceleraba a cada sensación de querer abrazarle de nuevo. Fuego. San Juan. Vivir, soñar..Misterio.

- Haremos una parada corta, lo justo para comprar comida y con ropa en condiciones conduciré yo, se te ve agotada.
- Sí, el tiempo justo para dejarme que te vista.
- Bajaremos a la vez, no quiero perderte de vista.
- No confías?, piensas que te abandonaré en cualquier estación de servicio cochambrosa... verdad?
- Sí, puede ser...
- Podría hacerlo aquí mismo y no sería abandono, eres libre, nadie te dijo que te metieras en ésto...

¿Qué objeto de los encontrados le haría desconfiar?

- Estamos cansados, qué tontería discutir....- dijo bajando la ventanilla, asomó su cara y su largo pelo surfeaba con el aire.
- Nada de lo que hay aquí es mío, si tú quieres, es nuestro, tú sí eres mío, pediré una alta recompensa. El tanga no lo quiero.
- jaja

Y lo echó a volar, sacó su brazo por la ventana y como si nuestro viaje de una emergencia se tratara, figuras de tela con el viento dibujaba. Detrás venían dos coches más y le decía que no hiciera eso, que podía despistar. Y sacó la peluca y unos cuantos euros, lo echó a volar. No hagas eso, grité. Eses del primer coche de atrás. Me enfadé. El coche que venía de frente, a toda velocidad. Su risa. Crash.